jueves, 27 de noviembre de 2008

Soneto en Lengua Castellana

El primer intento documentado de adaptar el soneto a la lengua castellana es obra de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458), con sus cuarenta y dos Sonetos fechos al itálico modo. Los sonetos del marqués de Santillana suelen tener rima alterna en los cuartetos (ABAB-ABAB), y en los tercetos siguen el esquema CDC-CDC, o, a veces, CDE-CDE. Sin embargo, dichos sonetos tienen bastantes deficiencias técnicas y formales, y el soneto no arraigó en la literatura castellana. Hubo que esperar hasta 1526, año en que el poeta barcelonés Juan Boscán, tras una conversación en Granadacon el embajador veneciano Andrea Navagiero, acometió la difícil empresa de adaptar el versoendecasílabo a la lengua castellana. En este empeño, que encontró en sus comienzos muchos detractores, contó con la ayuda de Garcilaso de la Vega, varios de cuyos sonetos se cuentan entre los más perfectos de la literatura en lengua castellana. Desde Garcilaso hasta el modernismo, el soneto castellano tuvo una estructura fija en los ocho primeros versos (ABBA:ABBA), y más libre en los seis últimos, con las combinaciones CDE:CDE, CDE:DCE, CDC:DCD, como las más utilizadas. Importantes sonetistas fueron en el siglo XVI, además de Boscán y Garcilaso, Diego Hurtado de Mendoza,Hernando de AcuñaFernando de Herrera y Gutierre de Cetina, entre muchos otros.

El soneto es cultivado por los principales poetas, como Lope de VegaGóngoraQuevedoCalderón,Sor Juana y Cervantes. Este último utiliza variantes, como el soneto con estrambote o el soneto dialogado. Los temas del soneto son muy variados, desde el amoroso al satírico, pasando por los morales y metafísicos (en los que destacó Francisco de Quevedo). Los autores barrocos juegan con la forma del soneto, pero no lo alteran en su estructura esencial, que continúa siendo la consagrada por Garcilaso y Boscán.

En el período neoclásico decae el uso del soneto, aunque es cultivado por autores como José CadalsoMeléndez Valdés, entre otros. Tampoco el Romanticismo español le presta mucha atención: en lasRimas de Bécquer, por ejemplo, se encuentra un único soneto. La principal renovación del soneto en castellano se produce a finales del siglo XIX, con el triunfo del modernismo.

En los sonetos modernistas lo más frecuente es el orden clásico de los cuartetos, pero se usaron también, por influencia del parnasianismo francés, las combinaciones ABAB:ABAB y ABBA:CDDC. En esta época aparecen varias innovaciones métricas: se utilizan versos de otras medidas, desde trisílabos hasta hexadecasílabos, aunque los más utilizados son los alejandrinos, como el conocido soneto "Caupolicán", en el libro Azul, de Rubén Darío; además, aparecen sonetos polimétricos, que emplean en el mismo poema versos de diferente medida (lo utilizó también Darío, en su soneto dedicado a Cervantes, mezcla de endecasílabos y heptasílabos; Manuel Machado lo utiliza en su soneto "Madrigal de madrigales", compuesto de versos de 7,9,11 y 14 sílabas).

Una curiosa invención modernista es el sonetillo, soneto de arte menor, que tiene precedentes en elSiglo de Oro y en el Neoclasicismo (Tomás de Iriarte, por ejemplo, usa en algunas de sus fábulas un soneto en octosílabos).

Es muy frecuente también el soneto en la obra de los autores de la generación del 27, sobre todo enJorge GuillénGerardo DiegoRafael AlbertiGarcía Lorca cultivó esta forma en sus Sonetos del amor oscuro. Posteriormente, algunos poetas, como Jorge Luis Borges, cultivan el soneto inglés o soneto shakespeariano, que consta de tres cuartetos y un pareado final, o bien escriben sonetos sin rima, como Pablo Neruda. El soneto mantuvo su vitalidad durante la posguerra gracias a autores que supieron renovar su sonoridad y retórica, como Blas de Otero y Carlos Edmundo de Ory. Durante los años sesenta y setenta cayó en un relativo descuido, pero las generaciones posteriores a los novísimos (y algunos de éstos, como Luis Alberto de Cuenca) han retomado su uso, con un fervor no exento de ironía.

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